
Quiero ser un elefante, y
una enorme y hermosa elefanta,
al mismo tiempo.
Rosas mis dos elefantes.
Elefantes que desfilen por el estrecho
y recojan a la gente triste,
a la que perdió esperanza,
para en su lomo
encontrarla.
Quiero llegar a casa
y acurrucarme como un gatito,
pero seguir siendo una fuerte elefanta
que comerá los restos del patio
de nuestra casa de barro.
Orni
Noviembre 2010
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