sábado, 22 de noviembre de 2014

1939. año final.

Estoy sentada en un Rodilla. Leo que se fundó en 1939.

Puede ser casualidad, puede no ser ninguna casualidad. Aprovechar los restos, eliminar las competencias en un Madrid absurdo y pasto de la guerra, que había acabado con casi todo. Llegada la llamada victoria parecía que iba a ser más fácil lo que fue un calvario para muchos. Para él, según lo presentan, comenzaría una oportunidad de negocio. ¡Qué ironía!

Creo que la gente que está aquí sentada no se da cuenta de qué significa 1939. Creo que hemos convertido esa fecha en una más, otra cualquiera para empezar un negocio. Así nos va. Me he quemado con el té, normal, qué cosas se me ocurre escribir...

¿A quién se le ocurre ponerse a dar vueltas a esas cosas? Que es lo de siempre Clara, que unos son ricos, otros son pobres, otros se las ingenian. Unos se las buscan mejor y otras no espabilan en su vida. Unas son tontas y otras pescan un marido. Pensamientos rancios que pasean por mi mente. Así traquetea el tren que lleva este territorio y  que no va a ninguna parte.

 El camarero me mira, creo que es dominicano. De un país en el que los españoles pueden imaginar solo dos cosas.

Al igual que el resto del mundo de la España de 1939...


martes, 11 de noviembre de 2014

Darme permiso

Me doy permiso
para acariciarme por las mañanas.

Me doy permiso
para pedalear cuesta abajo.

Me doy permiso.

Me doy permiso
para reinventar lo ridículo.

Me doy permiso.

Me doy permiso
para jugar en tus días malos.

Me doy permiso
para liberar mi boca.

Me doy permiso;
me siento viva y deseada.

Me doy permiso,
ocupo mi espacio.


Octubre, 2014