jueves, 29 de noviembre de 2012

Quise escribirte...

pero no pude.

Quise describirte
pero ¿quièn soy yo para hacerlo?

Quiero escribirte
y aquí estoy
preparada
con la mente en blanco
tras un día de tralla.

¿Cómo explicarte?

¿Cómo puedo explicarte a otros?

La desesperación en la rutina
es la peor de las derrotas,
es una muralla que se interpone

y vuelas sobre la muralla

y sigo encerrada

sin querer escucharte.

Tiene que suceder algo
todos los días sucede

y ese chispazo

después de lágrimas y frustración

me trae por fin la calma.

No sé como escribirte.

Aún sigo intentando descifrarme...

cuando creo que tú lo has hecho

hace decenios


...y sin escritura.

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