pero no pude.
Quise describirte
pero ¿quièn soy yo para hacerlo?
Quiero escribirte
y aquí estoy
preparada
con la mente en blanco
tras un día de tralla.
¿Cómo explicarte?
¿Cómo puedo explicarte a otros?
La desesperación en la rutina
es la peor de las derrotas,
es una muralla que se interpone
y vuelas sobre la muralla
y sigo encerrada
sin querer escucharte.
Tiene que suceder algo
todos los días sucede
y ese chispazo
después de lágrimas y frustración
me trae por fin la calma.
No sé como escribirte.
Aún sigo intentando descifrarme...
cuando creo que tú lo has hecho
hace decenios
...y sin escritura.
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