lunes, 19 de marzo de 2012

Acompañar...

¡Qué difícil es acompañar sin apretar!


Diría Bucay,
quiero que me ames sin sustituirme.


Y por eso hay que añadir muchas cosas...


¡qué difícil es ser 
la persona que te coge, 
te acompaña de la mano,
y te lleva a cruzar la vía!


La persona que te enseñó
a subir las escaleras al cuarto piso
sin rendirte.


Y ser al mismo tiempo...


La persona que se emocionaba
cada vez que te rebelabas
y a la vez un escalofrío
lo paralizaba.


Y ser esa misma persona
cuando ya no necesitas su mano.


El mejor acompañante
es el que te espera en la siguiente posta,
para que le cuentes tu viaje,
tu propia travesía.


Gracias por escucharme,
y por aconsejar
sin sustituir el consejo por orden.




¡Qué difícil debe ser ser mi padre
en esta danza de la vida!

3 comentarios:

  1. Qué bonito Clara! y esa foto en la que salimos los 5... ¿dónde fue? jajaja.
    Besos!

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  2. Gracias. Es preciosa, me encanta... pero excesiva: ¡ojalá fuera así!
    Además es curioso que hayas elegido ilustrarla con una de mis pinturas favoritas: para mí la Danza de Matisse es una de las obras que mejor ilustran la Vida y la trasmisión de esa energía que nos damos unos a otros

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